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Ocho para veintiocho

Hoy cumplo 28 años. No es un número cabalístico o que parezca especialmente importante: no son los 25 que marcan el cuarto de siglo ni los 30 con los que ya la vida parece seria. Llevo un par de semanas taciturna, pensando en lo que he vivido en estos ocho años de mis veintitantos y puedo asegurarles que no soy exactamente la misma que entró a estudiar una licenciatura cuyo nombre nadie recuerda y mucho menos entiende, ni la que era desmedidamente feliz en un periódico, ni siquiera la que se fue a Londres a ver si podía desentrañarle algo a lo digital.

¿Hacer una lista con cosas que he aprendido es un cliché? Pues sin duda que sí. Pero me hubiera gustado entender estos ocho puntos antes, se los escribo a la Jennifer del pasado que ya se desintegró. Estoy cierta de que no me olvidaré de ellos en el futuro. Y quizá a alguien le sirvan.

Adicionalmente, hace tiempo que pensaba en tener un blog (aunque tengo la creencia de que ya nadie lee blogs). Recuerdo que, más o menos por la época en la que trabajaba en el periódico más fifí de México, sí que compartía textitos idiotas en Facebook. Y, la verdad, creo que a algunas personas les sacaba un par de sonrisas. Eso pretendo con este espacio: provocar pensamientos, detonar sentimientos.

No es un secreto: me encanta escribir. Tuvieron que pasar años para confesarme por qué me es tan importante: es mi manera de querer. A lo mejor estoy mal de la cabeza pero no puedo entenderme afectivamente, emocionalmente, espiritualmente —ni intelectualmente, claro— sin letras. Y por eso considero importante volver a publicar, aunque sea a pequeña escala.

8.- Date like a ti mismo

Me sigue constando hacer esto.. Buscar la aprobación de todo mundo es el camino a la tristeza. No se los voy a negar, es bien difícil decirse: “eres guapa”, “eres lista”, “eres buena persona”. Pero vale la pena. Se los recomiendo.

Yo trataba de darle gusto a mi familia, a mi pareja, a mis amigos y acabé perdiéndome. Encontrarme fue difícil. De pronto caí en cuenta que suelo observar situaciones poniendo el foco de la cámara en el otro, en vez de tomarme una selfie. Es decir, trabajen más de su lado de la cancha.

7.- Escucha a quien te cae mal

Especialmente porque aprenderás mucho sobre ti. Las redes nos hacen vivir en una burbuja con gente parecida a nosotros, esa no es la realidad. Aprenderás muchas cosas sobre ti mismo mediante quien no disfrutas. Síguelos en Twitter e Instagram, es importante tener contacto con quienes piensan diferente. ¿Ya vieron The Social Dilemma?

6.- Hacer relaciones es vital (y no solo hablo de networking)

Cuando falleció mi mamá, caí en cuenta de todas las personas que piensan en mí. Ese día recibí un audio de un gran amigo que me decía que, paradójicamente, la muerte crea comunidad. Y eso fue muy bonito en su momento. Aún sigo sorprendida de que no solo cuento con mis amigos y familia; a veces también cuento hasta con las personas con las que cotorreo en Twitter. Conectar con personas da mucho. Es bien fácil y nunca sabes cuándo puedes echar mano de alguien más.

5.- No pierdas la oportunidad de decir “te quiero”

Perdón por el momento cursi, pero si han perdido a alguien importante, saben de lo que hablo. A mí ya me lo repetía mucho mi amigo Eric (pueden leer su interesantísima, y algo creepy, historia familiar aquí). Aprendí a las duras que no voy a esperar a la tragedia para decirle a las personas que las quiero, o que les agradezco, o que son lindas o cualquier cosa medianamente buena. No saben lo mucho que pueden cambiar el día de alguien con un simple: “Oye, estás bajando de peso, ¿verdad?”.

4.- Vuelve a tu familia, neta, no son malas personas

Admiro a esos que tienen una familia funcional y que siempre cuentan con ella. Durante buena parte de mi vida no fui tan apegada a los míos, pero hoy doy gracias de contar con un papá a todo dar, un par de hermanos locos, unos sobrinos todavía más locos; una familia materna con la que me identifico y una familia política que se ha vuelto una bendición.

3.- El pasado es depresión, el futuro es ansiedad. ¿Qué te queda?

Pues el hoy, claramente. Y ya, no creo que tenga mucho que agregar acá. Vive hoy.

2.- Los sueños son de quien los trabaja

Los sueños no se cumplen con buenas intenciones, son un asunto que hay que trabajar diario. Es parte del camino levantarse de los obstáculos y creer en el sueño, creer en uno mismo. A veces me sigue costando decirle a la gente que quiero ser escritora, pero por ahí se empieza: siendo honesta conmigo misma. No solo basta con aceptar que una tiene privilegios, hay que sacarle el mayor jugo a ellos para ayudar a otros. Tengo el sueño guajiro de salvar a otros a golpes de tecla.

1.- No negocies tu felicidad

Fui realmente estúpida en el pasado. Llegué al trabajo del que estaba enamorada y lo abandoné. Hoy lo veo como un error porque terminé sufriendo mucho. Pensé que la felicidad a medias me iba a funcionar, pero así no es la vida. Si te apasiona lo que haces, eres bueno en ello y, sobre todo, si eres feliz: disfruta cada instante. No te conformes con menos. Claro, también tropezarse es parte de la vida. Esa decisión me llevó por caminos interesantes y me trajo hasta donde estoy, tuvo que pasar eso para que me definiera una nueva misión de vida: escribir a toda costa.

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6 pensamientos sobre “Ocho para veintiocho”

  1. María Luisa Tenorio Contreras

    Me da muchísimo gusto leerte y recordar las pláticas de aquella adolescente acerca de su proyecto de vida y verte hasta donde has llegado es una gran alegría, has utilizado esas alas para volar muy alto y que te llevarán hasta donde tú quieras. El éxito es de quien jamás dudó.
    Para mí como profesora son recuerdos muy bonitos de alumnos que dejaron huella en mi y tú eres uno de ellos.
    Un abrazo con muchísima cariño.

  2. En la vida he sido conocido por marcar los errores no apreciar los aciertos sino los errores y cuando dices que te cuesta decir que quieres ser “escritora” es un error y uno grande por que ya lo eres,( y de las buenas) asi que dale un like a la escritora que eres tus textos nos llevan de la mano y nos dejan un gusto de querer mas, felicidades!!!

  3. Me gusta leerte, te conocí poco pero creo que eres una persona súper interesante con algunas barreras para demostrar quien eres, pero creo que si te hubiera conocido un poco más, serías de mis favoritas en un café o con una copa de vino.
    Mucha suerte!

  4. Yo creo que sí eres escritora. Por lo menos yo me compré un ebook que ponía que tú lo habías escrito…
    (aunque eso de “estoy cierta” me sonó más raro en español que en inglés…)

    Y sí, eres guapa, lista y buena persona. Te lo puedes repetir con toda confianza.

    Y das regalos bien bonitos.

    Te conozco desde que tenías 17, y desde que tenías 17 te admiré por mil razones, todas buenas.

    Déjame no perder la oportunidad de decirte entonces que te quiero, y que gracias por existir. Pensar que estás en mi vida de alguna forma siempre me hace sonreír.

    Y no te preocupes por tomar decisiones que no siempre terminan donde pensabas. Los locos años 20 son para eso, y más. Te quedan 2 años (mínimo) para seguir testando cosas. Go for it.

    Un beso grande y muchísimas felicidades.

  5. El punto 3 es oro. Pero así como es de valioso, es increíblemente difícil de lograr.

    Me gustó tu textito y espero leer más.

    ¡Aprovecho para dejarte una super felicitación!

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